La actual coyuntura económica y los nuevos comportamientos de los clientes están obligando a los despachos a acometer nuevas políticas para controlar costes y priorizar estrategias. Este análisis incluye desde estructuras de honorarios a servicios o estructura de personal.
Basta ya de elucubraciones acerca de si la crisis va a acabar este año, el siguiente o dentro de cuatro. La realidad es que nadie sabe cuándo por fin vamos a salir de esta. Y es que, diagnosticar el pasado es muy fácil; sin embargo, son pocos los que optan por proponer salidas viables para superarla y salir reforzado en vez de lamentarse.
Hoy, seis años después del comienzo del declive, creo que es un buen momento para analizar cómo ha afectado la crisis a nuestros despachos: ¿ha ayudado la crisis a cambiar la cultura corporativa de los despachos, a implementar nuevas estrategias y, en definitiva, a hacerlos más competitivos?
La mayoría de mis clientes cuentan cómo han tenido que reducir sus tarifas para seguir conservando su cartera de clientes y que entrasen asuntos. Los clientes exigen más por menos, y los despachos se preguntan ¿se volverá a pagar más cuando acabe la crisis? ¿Cuál es la postura que debemos de adoptar ante semejante situación?
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