Como conseguir clientes satisfechos

Tener más y mejores clientes y alcanzar el éxito en la práctica profesional son objetivos comunes de los despachos profesionales pequeños y medianos y de todas las personas que ejercen una profesión liberal.

marketing jurídicoPara lograr un alto nivel de satisfacción entre los clientes, es necesario que los servicios respondan con precisión a sus necesidades, deseos y expectativas.

Y es que cuando el cliente nos contrata las expectativas que tenía puestas en nuestro despacho se enfrentan a las percepciones que finalmente recibe, y solo en el caso de que las percepciones igualen o superen a las expectativas, el cliente se irá satisfecho o muy satisfecho. Por eso el truco está en una buena gestión de las expectativas.

¿Como hacerlo? Sigue leyendo este artículo que hoy me publica La Revista Internacional de Derecho Práctico del Foro Jurídico Iberoamericano.

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Cómo poner en orden mi despacho y no morir en el intento: benditos protocolos

Cuando las estructuras profesionales se amplían, los despachos dejan de ser unipersonales y en ellos conviven diferentes profesionales, surge la necesidad de poner orden y concierto en el trabajo. Ni que decir tiene cuando nuestro despacho es un despacho consolidado por un equipo de profesionales más o menos extenso. En cualquier caso, será de gran ayuda tener implantados unos protocolos internos de gestión y de relación con el cliente.

Los protocolos de gestión pueden contener múltiples y diversos procedimientos, los más comunes se podrían agrupar en los siguientes bloques de contenido, que iremos viendo a lo largo de este artículo, pero lo más importante para que sean útiles y eficaces es que se adapten a las necesidades de nuestro despacho, como si de un traje a medida se tratase.

Gestión de Despachos

Propuestas para en el nuevo curso: Tomate cada queja como si fuera un regalo (2ª parte)

marketing jurídico2) TOMATE CADA QUEJA COMO SI FUERA UN REGALO

Una queja es una oportunidad para mejorar y conocer la opinión del cliente sobre nuestro servicio. Lo peor que nos puede pasar es tener clientes insatisfechos que no se quejen, porque se irán sin avisar y, una vez se hayan ido, ya no tendremos la oportunidad de recuperarlos, ni de saber lo que hemos hecho mal.

Además debemos de tener en cuenta que, por cada cliente que se queja, existen al menos otros 7 igualmente descontentos por similares motivos, que no nos dicen nada. Y es que para nadie es plato de buen gusto protestar.

Las quejas nos sirven por tanto para corregir errores que quizás ni siquiera nos dábamos cuenta de que estábamos cometiendo. Una gestión eficaz de las quejas es la mejor manera de fidelizar clientes, puesto que transmite la imagen de que nos preocupamos por mejorar y atender mejor a nuestros clientes.

Por tanto mi recomendación es tener operativo en el despacho un protocolo específico de resolución de quejas.

Atención al cliente: cinco consejos para tenerle satisfecho

Humanidad, eficacia, don de gentes, empatía… El abogado que busque conservar clientes debe cultivar estas cualidades y tenerlas en cuenta al montar su despacho y al seleccionar profesionales y personal de apoyo.

Nuestro mercado ha cambiado. En los últimos 15 años, el número de abogados se ha incrementado en España exponencialmente y, como consecuencia inmediata, la clientela también ha cambiado. Muy atrás quedó la época en la que la abogacía era una profesión venerada, la competencia, mínima y los despachos, negocios unipersonales compuestos de un profesional, una secretaria y, a lo sumo, un pasante.

Atrás quedó también la posterior edad de oro de los despachos españoles, en la que, ejercicio tras ejercicio, se alcanzaban crecimientos de dos dígitos en la facturación. Corrían otros tiempos para la economía y los negocios. Hoy en día, el panorama, como todos sabemos, es bien distinto, tenemos ante nosotros un público objetivo más culto, más informado y con muchas más alternativas a la hora de contratar los servicios de un abogado. Además, con la crisis que arrastramos desde hace ya un lustro, los clientes miran con lupa lo que gastan y en qué lo gastan.

Parece por tanto lógico pensar que los despachos deberían redoblar esfuerzos en la atención y satisfacción de sus clientes porque el mercado ha cambiado y tenemos que adaptarnos a la nueva situación.

Llega entonces la hora de preguntarse: ¿Nuestro despacho está en el camino correcto en lo que a atención al cliente se refiere? ¿En que podemos mejorar? ¿Hay alguna estrategia que podamos implementar?

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